¿Llamas Smoochy Woochy Poochy a la marihuana?
Hace unos años, la Drug Enforcement Administration (DEA) publicó en su página web una lista con todos los sobrenombres que recibían las distintas drogas ilegales que se encargan de decomisar.
Desde el LSD hasta las anfetaminas, la compilación de nombres es una mezcla de aciertos, desaciertos y momentos hilarantes. La policía americana nunca se ha caracterizado por un manejo inteligente de las drogas, como si fuese posible que un cuerpo represivo se encargue del momento de relajación (o de diversión, escape, estudio, ejercicio…) de millones de personas.
El primer término que saltó a la vista fue “Righteous Bush” (Justo Bush). Este apellido, perteneciente al linaje presidencial republicano, no tiene nada que ver con el cannabis. El internet lleva meses burlándose de esto. En realidad, el término informal se refiere a los genitales femeninos o masculinos con abundante vello púbico. Escasas y dispersas son las referencias al cáñamo bajo este nombre, que no deja de ser chistoso.

Probablemente nunca has llamado al camello (dealer, para seguir anglosajones) para pedirle diez gramos de John Deere. Pues la DEA piensa que sí. Este nombre propio, aunque no lo sepas, es una de las marcas de equipamientos agrícolas más grandes y antiguas del mundo.
Desde hace algunos años, produce maquinaria apta para cosechar cáñamo a gran escala en Holanda. Su sofisticación hace posible separar tallos, hojas y flores sin mucho esfuerzo. Pero de ahí a llamar John Deere al porro… Hay un trecho enorme.
Zacatecas, por otro lado, es el nombre de un Estado de México. Se encuentra al norte de la capital. Una rebelión en 1835 redujo su tamaño considerablemente, como castigo por la sublevación, creando el estado de Aguascalientes. ¿Nada de cannabis hasta aquí no? Exacto, nada de nada.

Pero si te cruzas con un policía americano, no le vayas a hablar mucho de este lugar porque a lo mejor piensa que eres un traficante. Se lo dijo su página web. Zacatecas Morada también es una cepa de cannabis, muy rara y con un contenido de THC bastante alto.
No todos son absurdos en la lista. También hay algunos nombres que quizás hayan sido usados solo un puñado de veces, por algún cuarentón queriendo hacerse el gracioso: Jolly Green, Queen Ann’s Lace, Rainy Day Woman y mi favorito, Smoochy Woochy Poochy.
Algunos nombres latinos han llegado a oídos de los agentes, que también añaden bareta, maracachafa y Juan Valdez, propios de la jerga colombiana. Otras palabras hispanas son sinsemilla, mariquita, morisqueta y mi segunda favorita, cotorritos. Y a ti, ¿cuál te ha dado más risa? ¿le vas a pedir a tus compas que te inviten un poco de smoochy woochy poochy? La DEA te lo agradecería, así quizás no queden en tan mayúsculo ridículo.
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